Posibles soluciones a la problemática del Matoneo o Bullyng.
Antes de dar inicio con las posibles soluciones, recordemos el caso:
El Matoneo o Bullyn se
derrota con el trabajo en equipo entre padres, colegio y compañeros.
De acuerdo a las encuestas e investigaciones, de
cada 10 niños creen que responder pasivamente ante las agresiones en el colegio
no es una opción. Y la cifra aumenta a cinco cuando se trata de responder ante
apodos desagradables, burlas o mentiras que se dicen sobre ellos.
Así lo indican los resultados de las pruebas Saber
3°, 5° y 9° ya que este tipo de pruebas no solo contempla la parte académica
intelectual, sino también la parte psicológica
y comportamental del estudiante, contemplada desde sus competencias ciudadanas. Los niveles de intimidación no resultan
des-estimables si se tiene en cuenta que en el grado quinto un 37 por ciento de
los estudiantes ya asegura haber sido víctima, mientras que un 22 por ciento
confiesa haber asumido el rol de agresor en al menos una ocasión.
El mapa nacional en este tema no es homogéneo.
Existen regiones mucho más complejas que otras. En Tumaco, Apartadó y Turbo, por
ejemplo, la tasa de quienes se declaran ‘víctimas’ llega al 48 por ciento.
El conocido matoneo o bullying no es una simple
agresión, sino que se trata de una serie de ataques que se repiten en el tiempo
y, a veces, por años.
Tiene que ver con un des-balance de poderes, que no
resulta atribuible a un niño difícil, sino a todo el grupo de estudiantes del
salón de clase.
La intimidación no solo afecta el clima escolar,
sino que genera que los menores perciban como inseguros sus colegios. Un 30 por
ciento de los encuestados admiten que evitan pasar por algunos lugares del
plantel y un 16 por ciento dejen de ir al colegio para evitar ser molestados. Esto
llegan al extremo de que hay niños que
no van al baño o no tomar refrigerio alguno en la cafetería por temor a ser
agredidos.
A pesar de que el informe muestra que más de la
mitad de los niños fueron testigos de una agresión y de estos casi la misma
proporción dijo “ponerse en los zapatos” de la víctima y sentirse mal por la
situación, vale la pena cuestionarnos con la siguiente pregunta:
¿qué
impide a los niños actuar? y ¿que medidas se beben tomar para reducir estas actitudes?
La respuesta más viable a esta pregunta, seria
recaer la responsabilidad sobre los niños autores o víctimas de los hechos,
pero en realidad, si se parte solo de eso, nunca se llegara a una solución,
porque, también está la responsabilidad de los padres y profesores para contribuir
a una solución para este tipo de problemas.
“Buscar quién tuvo la culpa y adelantar
castigos o procedimientos disciplinarios solo genera resentimientos, rabias y ganas
de vengarse. Lo acertado, en el caso del victimario, es enseñar a asumir la
responsabilidad y a reparar el daño”.
Para trabajar en la erradicación del matoneo o
bullyng, se deben ejercer dos acciones importantes:
Dialogo de los padres con los hijos. |
En primer lugar ,los padres deben estar ejerciendo monitorio
sobre sus hijos, deben estar atentos a las señales de alerta, si un niño pierde con frecuencia sus útiles,
no tiene amigos, cambia de ánimo sin razón aparente o no quiere ir a clases,
hay que empezar a indagar sobre qué puede estar ocurriendo. Generalmente, la
agresión escolar es un asunto soterrado y no es fácil de percibir por los
adultos.
La mejor vía para que los menores hablen sobre las
situaciones por las que pueden estar pasando es un diálogo permanente. “Una
forma de lograr que los niños sean sinceros y abiertos es generar con ellos un
clima de confianza. Si los padres se abren, y hablan sobre su día a día y de
cómo se sienten sobre ciertas situaciones, lograrán que los niños hagan lo
mismo”
Frente a una agresión, los padres deben guiar a sus
hijos a responder de manera asertiva. Es decir que los niños puedan desarrollar
habilidades que les permitan pararse bien, mirar a los ojos y responder en
torno firme y respetuoso a su agresor: “Por favor, no me llame de esa manera, que me
molesta”
Responder pasivamente, alejándose de la situación,
no es una salida. Y responder aplicando el viejo refrán de “ojo por ojo”, solo
ayudará a perpetuar el círculo de la violencia. De acuerdo con los expertos, si
un niño grita o insulta, solo estaría mostrando su grado de vulnerabilidad.
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Activar los protocolos correspondientes del caso. |
Un segundo lugar, hablar con el colegio y con los docentes para
que activen los protocolos que exige la ley de convivencia escolar. En el salón
de clase, es el maestro quien debe involucrar a los demás.
Así mismo, el poder de los compañeros que observan es
vital para frenar la agresión, por lo tanto se les debe inculcar que ante la agresión
a otro compañero no se deben callar, porque “Si ellos no actúan se está enviando el
mensaje de que está bien. Pero si se involucran, el victimario ya no se sentirá
tan fuerte”.
Reforzar en los niños la idea de que no están solos
y que se pueden defender sin necesidad de agredir, resulta clave.
Es importante que las instituciones educativas a través
de su docentes orientadores realicen talleres o escuelas de padres e hijos
donde se le aprenda a dar manejo a emociones, como la rabia, permite que tanto
padres como hijos “respiren, se calmen, no busquen culpables y ayuden a
construir soluciones que permitan terminar con la agresión tanto en los hogares
como en las aulas de clase” retomo algo que recalque en el trabajo del momento
cuatro “recordemos que nuestros hijos son el reflejo de la educación que
reciben de en casa”.
Y estas
son algunas vías para actuar de manera efectiva:
- Tenga una buena comunicación con sus hijos y recuérdeles que no está bien que los maltraten. Tómelo en serio.
- Cuente con una línea directa con el colegio y exija que en él se active el protocolo que establece la ley de convivencia escolar.
- Implemente juegos de roles en la casa, que les permita desarrollar habilidades para responder de forma asertiva ante situaciones de agresión.
- En este caso el colegio deben realizar talleres y llevar ejemplos de vida, para que el estudiante pueda reflexionar.
- Si su hijo es victimario, no entre en la lógica de justificar la agresión, más bien oriéntelo a desarrollar empatía hacia la persona que está agrediendo.
- Evite los castigos, los regaños y la lógica revanchista.
- Si su hijo es víctima, evite hablar con los padres de los agresores, porque puede generar una reacción negativa. Acuda al colegio.
Bibliográfica.
- Pagina web. El tiempo. Matoneo escolar. abrir link, http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/soluciones-al-matoneo-escolar/16528859
- Pagina web. Caracol Noticias.
Por
Martha Lucía Núñez López.
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Ética - 100001A_289
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Diego Alejandro Botero
Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD
CEAD Bucaramanga
Ciencias de la Educación (ECEDU)
10-07-2016